1 Servía el niño Samuel a Yahveh a las órdenes de Elí; en aquel
tiempo era rara la palabra de Yahveh, y no eran corrientes las visiones.
2 Cierto día, estaba Elí acostado en su habitación - sus ojos iban
debilitándose y ya no podía ver -
3 no estaba aún apagada la lámpara de Dios, y Samuel estaba acostado
en el Santuario de Yahveh, donde se encontraba el arca de Dios.
4 Llamó Yahveh: «¡Samuel, Samuel!» El respondió: «¡Aquí estoy!»,
5 y corrió donde Elí diciendo: «¡Aquí estoy, porque me has llamado.»
Pero Elí le contestó: «Yo no te he llamado; vuélvete a acostar.» El se fue y
se acostó.